José Manuel Carrasco es profesor ECAM de la Diplomatura de Dirección, Formación de formadores y del Campamento Urbano. Ha dirigido diversos cortometrajes, la película El diario de Carlota (2010) y ha estado al mando de compañías teatrales actuando en escenarios de España, Italia, México y Estados Unidos. También fue alumni ECAM y con Padam (2006), su proyecto de final de carrera en la ECAM, consiguió, entre otros muchos reconocimientos, una nominación a los Premios Goya. Entre su multitud de trabajos entre el cine y el teatro, encontramos el exitoso corto de temática LGTBI Pulsiones (2009). Por ello, le invitamos a que nos comentase sus películas queer favoritas y nos envió un completísimo estudio que hemos dividido en dos partes. El pasado 28 de junio, con motivo del Día del Orgullo LGTBI publicamos la primera parte. Este fin de semana, publicamos la segunda para celebrar el Día del desfile del orgullo LGTBI en Madrid:
Aunque dije que hablaría sólo de tres directores europeos (por sintetizar, principalmente), me gustaría hablar de la película El hombre herido (1983) del director francés Patrice Chéreau. Un título de culto y muy interesante que cuenta la historia de un joven de sensibilidad extrema que se adentra en el sórdido mundo de la prostitución masculina en los baños de una Estación de Autobuses. La película muestra de forma audiovisual la belleza de lo sórdido, la poesía en el lumpen, un mundo y una sensibilidad cercana a la de Bernard Marie Koltès que en aquel momento era pareja del director. Koltès es un autor teatral con un mundo muy personal y uno de mis dramaturgos favoritos. Creador de obras como Roberto Zucco, Sallinger o Regreso al desierto. Una película difícil de encontrar, que os aconsejo busquéis…
Y ya que estoy y porque se ha convertido en una figura importante por su increíble talento, mencionar a Xavier Dolan y su filmografía. Sé que es canadiense, pero Canadá es muy europea (jaja) y gracias a Francia se ha convertido en una figura importante a nivel mundial. Laurence Anyways (2012) sigue siendo su obra maestra y mi película favorita de todas las suyas. El camino que lleva a cabo ese profesor de literatura para llegar a ser la mujer que siempre ha sido y su historia de amor fou con su novia Fred, me sigue impactando y emocionando a partes iguales. El ejercicio rotundo de puesta en escena es sencillamente magistral y los actores están inmensos: Las secuencias entre Melvil Poupaud y Suzannne Clément son poesía… Y lo de Nathalie Baye es ya de otra dimensión.
Podría hablar de un montón de títulos europeos de temática LGTBI como la maravillosa Los juncos salvajes (1994) de André Téchiné o la sueca Fucking Amal (1998)… pero esta panorámica se me escaparía de las manos y no acabaría nunca.
Y quiero hablar un poco de comedia.
¿Cuál es la comedia LGTBI que más me gusta? Reconozco que son pocas las que me interesan, quizás porque todavía no se ha hecho la gran comedia LGTBI (aunque haya títulos interesantes). Considero a Priscilla, reina del desierto (1994) como un drama y no una comedia. A mi personalmente, me parece un título lleno de amargura revestido de mucha pluma, Gloria Gaynor e ironía bitch & kitsch. Es una película que me gusta bastante y he visto varias veces, pero no la considero una comedia total. Tampoco considero comedia a Hedwig and the angry inch (2001) y me gusta bastante. Se trata de un musical rabioso… más gamberro, que cómico; pero vamos, a mi… no me parece divertida la historia de esta mujer trans.
Hay muchos títulos que no me hacen mucha gracia y me aburren bastante como la saga de Eating out (2004), Another gay movie (2006) y demás sucedáneos cuyo principal objetivo no es hacer reír o cuidar el guion, sino excitar al publico con un producto sexy, hueco y que olvidas antes de que terminen los créditos finales (si es que llegas a ellos).
Me divertí mucho con Vicios pequeños (1978) y su remake americano Una jaula de grillos (1996), me parecieron unos guiones divertidos, llenos de tópicos pero muy bien interpretados y llenos de ritmo. Mi comedia favorita, película de culto y espero que sea revalorizada en el futuro es In & out (Dentro o fuera) (1997) porque tiene un guion brillante que juega con los tópicos para reírse de ellos (hasta la presencia de Tom Selleck -alias MAGNUM y todo un icono gay- supone un guiño irónico de lo más divertido), unos actores increíbles (grande Joan Cusack), un ritmo endiablado y una considerable mala baba dentro de una película mainstream. Simplemente divertidísima. Paul Rudnick es el autor del guion y también fue responsable del libreto de Jeffrey (1995) en el que utilizaba los mismos recursos para ironizar sobre el colectivo gay, sus tópicos y el terror que provocó la presencia del VIH a principios de los 90 y la manera en la que condicionó las relaciones sociales y sexuales del colectivo.
Terrence McNally también escribió dos obras teatrales que posteriormente se convirtieron en películas, muy divertidas e interesantes y que conviene revisar. Por un lado The Ritz (1976) o las vicisitudes de un tipo que huyendo de su cuñado gánster, se esconde en una sauna gay disparatada y llena de equívocos (Rita Moreno está genial como pseudodiva gay del tres al cuarto) y Con plumas y a lo loco (1997)… (Sí, el título en español es espantoso, prefiero el original Love! Valour! Compassion!) en la que un grupo de amigos homosexuales se reúnen en una casa de campo a las afueras de Nueva York y ríen, lloran e ironizan sobre la vida. Un canto a la amistad llena de humor y amargura.
¿El cine español LGTBI? Es muy rico y seguro me dejo títulos fuera, pero este texto se está alargando demasiado y no sé si todavía seguís leyendo.
Están, desde la mítica Diferente (1961) o como Alfredo Alaria observa excitado los brazos musculosos de los obreros taladrando ¿Cómo esta película pudo pasar la censura cuando las imágenes son evidentemente gays? El clásico titulado Mi querida señorita (1971), A un Dios desconocido (1977) de Chávarri, la filmografía de Eloy de la Iglesia con títulos como Los placeres ocultos (1977), El diputado (1978) o Navajeros (1980), la película de Olea Un hombre llamado Flor de Otoño (1978) con José Sacristán, la curiosa Me siento extraña (1977) con Rocío Durcal y Bárbara Rey; La adelantada a su época Cambio de sexo (1977) de Vicente Aranda; Extramuros (1985) de Miguel Picazo, la peruana No se lo digas a nadie (1998) o la argentina Plata quemada (2000) con Eduardo Noriega y Leonardo Sbaraglia; Más que amor, frenesí (1996) que es una mezcla de géneros de lo más sugerente que revisé hace poco y disfruté mucho… El drama Segunda piel (1999) de Gerardo Vera; A mi madre le gustan las mujeres (2001) que cuenta con un guion muy divertido y en la que Leonor Watling hace uno de sus mejores trabajos… Y las deliciosas comedias Krámpack (2000) o De chica en chica (2015).
Todavía no he hablado de la filmografía de Pedro Almodóvar, no sólo porque merece un punto y aparte por su importancia para la historia del cine LGTBI, sino también para la historia del cine español y cine mundial. Su obra está plagada de temas y personajes del colectivo y la tolerancia que rezuma su filmografía, ha ayudado a su visibilización… Además son grandes películas dirigidas con una imaginación apabullante, un criterio brutal y un estilo único que se ha pretendido imitar de forma fallida en muchas producciones y por nuevas generaciones de directores. Es tan importante, que incluso utilizamos el término “almodovariano” para referirnos a una estética, forma de vida, personajes concretos y expresividad determinados. Es un GRANDE y es HISTORIA DEL CINE.
En su producción hay títulos como Laberinto de pasiones (1982), Entre tinieblas (1983), Todo sobre mi madre (1999), La mala educación (2004) y la que es (para mi) la GRAN OBRA MAESTRA del cine LGTBI (Español y Mundial) titulada La ley del deseo (1987)
Me gusta TODO de La ley del deseo… Un guion fantástico con recursos propios del cine negro (que posteriormente también utilizó en La mala educación, película hermana de ésta) con personajes complejos, contradictorios, pasionales y una estructura sólida como una roca. Hablamos de un melodrama oscuro como el carbón. Cuenta con una puesta en escena en un Madrid veraniego sin resquicios para la duda, Almodóvar rueda con mano firme y seguro del material que tiene entre manos. Un colorido contradictorio con la historia oscura que se está contando y que marcará el estilo del director en títulos posteriores. Unos actores… INMENSOS. Eusebio Poncela brillante, un Antonio Banderas con impacto carnal y haciendo uno de los mejores trabajos de su carrera con un personaje bello, pasional y turbio como un ángel de la muerte… y por supuesto Carmen Maura y su Tina Quintero, uno de sus mejores personajes, al que se entrega sin cortapisas y con una fuerza increíble… La Maura quita el aliento.
Hay grandes secuencias que forman parte del recuerdo colectivo… La “ducha” en la calle a base de manguerazos de la Maura, El playback de Ne me quitte pas de Manuela Velasco, la discusión de hermanos en el sótano del bar entre raya y raya, el encuentro de Maura con el sacerdote que abusó de ella o ese final trágico (en el amplio sentido de la palabra TRÁGICO) con música de bolero y público expectante. Un inquietante espectáculo final, un polvo mortal, la unión de Eros y Tánatos… La Pasión y la Muerte… Sin duda, un Lorca posmoderno.
Grande, Almodóvar.
Y para cerrar y sembrar el inicio de un debate…
Quiero hablar de la Saga cinematográfica más involuntariamente gay de la historia y esa saga es la de Rocky (1976-2015). Incluyo el fantástico spin off titulado CREED). Esta teoría es mía y no sé si alguien se adelantó a mis palabras (no he investigado), pero allá van. Me parece todo tan obvio que casi me sorprende que nadie se haya dado cuenta, siendo el capítulo 3 de la saga, la película más rabiosamente gay y queer de todas. Rocky III (1982) es un pozo sin fondo. La relación de Rocky con Apollo Creed transita entre la rivalidad de los primeros títulos, al amor que surge en la tercera de las películas… De hecho, tiene hasta lógica que Adonis Johnson (hijo ilegitimo de Apollo Creed) vaya en busca de Rocky para que le entrene de manera paternal, como si fuese ese hijo que siempre quisieron tener Apollo y el Señor Balboa. Está claro que el boxeador de origen italiano tiene una personalidad atormentada y una sensibilidad especial pero el entorno rudo que le rodea no le ayuda a desarrollar todas sus inquietudes… pero conforme triunfa en el deporte, su estilismo (por ejemplo) se va perfeccionando con batas de seda color amarillo, calzones de vivos colores y mucho brillo dorado.
También esta claro que entre Rocky y Adrian (su mujer interpretada por Talia Shire, mejor en la primera de las películas que en el resto) hay muy poca tensión sexual por no decir ninguna y conforme se sucedían los títulos de la saga, el personaje tímido y delicado de Shire… se convertía en toda una Diva gay ochentera que parecía sacada más de los salones de la serie Dinastía, que de los suburbios de Filadelfia.
Afirmaciones como las que lanza M.A. para provocar a Rocky del tipo: “Te voy a demostrar lo que es un hombre de verdad…” Los entrenamientos conjuntos de Apollo y Rocky con sus músculos en tensión llenos de aceite, camisetas de tirantes mínimas y pantalones exiguos o las carreras por la playa de ambos al son de The Eye of the tiger convierten a Rocky III en una película LGTBI sobre el amor oculto y no reconocido entre dos boxeadores de la era Reagan. Eso o toda una oda al bodybuilding ya que Stallone en ese momento, estaba en todo su esplendor físico.