Alba Menor es alumna ECAM, del 2º curso de la Diplomatura de Guion. Graduada en Literatura General y Comparada por la Universidad Complutense de Madrid, participó como guionista en el cortometraje ‘Un verano’ (2019) dirigido por sus compañeros Lucía Undari y Miguel Guindos.
Puede resultar complicado escribir en formato de cortometraje debido a las limitaciones que se imponen sobre tiempo y espacio, pero ello también permite que estas autoras se centren en relatar desde lo concreto y desde la experiencia. Con motivo del 8M quiero recomendar estos cortometrajes que pueden o no ser feministas. Pero son cortos dirigidos y escritos por mujeres del panorama del cortometraje español actual, mujeres que tienen mucho que decir. Cada una de las siguientes historias surge de miradas distintas, de experiencias diversas.
Podéis encontrarlos todos en Filmin. Espero que los disfrutéis.
Luisa no está en casa (2012) de Celia Rico
La directora y guionista de Viaje al cuarto de una madre (2018) retrata una fractura en la cotidianidad de un matrimonio anciano. El detonante se sitúa en un incidente de lo más común: se ha estropeado la lavadora. La cámara empequeñece un espacio ya de por sí reducido creando una sensación de encerramiento bastante clara, acercando al espectador a la emoción de la protagonista ―interpretada por la brillante Asunción Balaguer― y situándola en contraposición a los exteriores, amplios y dinámicos. El corto nos introduce en un matrimonio curtido donde la posibilidad de cambio resultaría impensable en un primer momento; Celia Rico narra la gota que colma el vaso.
La última virgen (2017) de Bàrbara Farré
Me sorprende leer de vez en cuando artículos o hilos de twitter que asocian la hipersexualización temprana directamente con millenials y zetas, ignorando que esta presión social y la constante objetificación de niñas y mujeres no han sido exclusivas de ninguna época o generación. En este corto caminamos muy cerca de la protagonista y es fácil pensar en nosotras mismas cuando teníamos quince años. Los detalles están cuidados ―alguna frase suelta que no parece importante, un gesto con el cubata, la forma de hablar de alguna de las amigas― y por ello es que la historia nos pica. El guion lo coescribe Farré con Lucas Casanovas.
Benidorm 2017 (2018) de Claudia Costafreda
Yolanda Ramos ―que ganó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Málaga― interpreta un papel irresistible; una madre dueña de un hotel de Benidorm se niega a abandonarlo a pesar del tsunami que se acerca. Caminamos con ella y su hijo ―Tamar Novas― por una ciudad desierta, casi post-apocalíptica, un escenario atractivo y original que casa perfectamente con la urgencia de la acción. El evento climatológico inminente resulta en una excusa más que efectiva para narrar esta relación abrupta entre madre e hijo.
Suc de Síndria (2019) de Irene Moray
Este es el relato de una sanación. Elena Martín da vida a una mujer que sufrió una agresión sexual y que ahora intenta volver a respirar. Ella y su pareja ―interpretado por Max Grosse Majench― se encuentran embarcados en la búsqueda del placer en esta historia realmente luminosa pero carente de ingenuidad, lo cual se agradece. Parte de su originalidad reside en el punto de vista y en el momento elegido para narrar, pero el gran acierto del corto es el trabajo de Elena Martín, que hace con nosotros lo que le da la gana.