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Andrea Arnold, el animal desatado

American Honey

Este mes en la ECAM hemos recuperado una iniciativa que fue muy exitosa durante el curso pasado, #ElMesDe. Este mes, coincidiendo con el Día Internacional de la mujer, se lo hemos querido dedicar a una directora poseedora de tres Premios del Jurado de Cannes y un Óscar: Andrea Arnold. No es muy usual que una mujer, inglesa y sin ningún largo en su haber, consiga llevarse la preciada estatuilla de la Academia. Pero en 2005, tras haber sido galardonada con el Premio al Mejor Cortometraje en Sundance, se alzó con el Óscar al Mejor Cortometraje por Wasp (2003)

Wasp es la historia de una madre soltera que se debate entre el amor a sus hijos y recuperar la juventud perdida en un pub. Aquí ya están la mayoría de elementos que compondrán su posterior filmografía. Las protagonistas fuertes pero a la vez humanas, y por lo tanto, vulnerables. El realismo social sin una denuncia directa. O el uso del sonido  ambiente como un ingrediente principal de la narración. En menos de media hora, Andrea Arnold compone una fábula sobre cómo la naturaleza se puede imponer al costumbrismo, en este caso el de su Dartford natal. Lo que podría ser una divertida noche de verano con un antiguo ligue del instituto se convierte en una pesadilla por el insignificante vuelo de una abeja.

Los premios conseguidos con este cortometraje pusieron a Andrea Arnold en el punto de mira y fue Lars Von Trier el que se interesó en ella para formar parte de su nuevo concepto cinematográfico: Advanced Party. Una propuesta de tres películas rodadas en escenarios naturales de Escocia, en digital y con presupuesto y tiempo muy limitado. De esta idea surgió Red Road (2004), el debut en el largo de Andrea Arnold con el que consiguió el Premio del Jurado en Cannes (2006). Red Road es un thriller dramático narrado en gran parte mediante las cámaras de vigilancia que se situaron en Glasgow para reducir la delincuencia. De nuevo, encontramos una protagonista que se muestra valiente pero que en el fondo está asustada y herida. Jackie es una de esas personas encargadas de la videovigilancia de la ciudad que, obsesionada por el pasado, descubre a través de la pantalla a un hombre al que creía desaparecido para siempre de su vida. Este es el detonante de una historia fría, de personajes herméticos y tristes que viven en los megabloques del barrio de Red Road Flats. La tensión se va cociendo lentamente hasta que el sexo y la violencia se apoderan de la historia. La naturaleza animal que vive encarcelada bajo jaulas de hormigón se atisba aquí como uno de los principales temas de la autora.

Su siguiente título plasma ese concepto de una forma aún más explícita: Fish Tank (2009) es la pecera en la que está encerrada Mia, una adolescente de un barrio obrero que se siente sola y en guerra constante contra los que le rodean. Como otras chicas de su edad, mata el tiempo bailando coreografías pop, con la diferencia de que ella lo hace en solitario y como una actividad violenta y catártica. Por otra parte, comienza a sentirse atraída de forma visceral por la nueva pareja de su madre y se ve en lucha consigo misma por no sacarlo a luz. Fish Tank no sólo habla de la difícil transición de la infancia a la madurez. Es una historia más universal, la de una chica que no encuentra su sitio y que vive incapacitada para desatar sus sentimientos, como un caballo aparcado en medio de un parking. Fish Tank supuso un nuevo paso en firme en la carrera de Andrea Arnold y otra vez le hizo poseedora del Premio del Jurado de Cannes (2009).

Cumbres borrascosas (2011) es el siguiente proyecto de Andrea Anrold y su personalísima visión del clásico de Emily Brönte. Puede resultar chocante que tras desarrollar su microuniverso en los suburbios ingleses, la visión de la autora pueda encajar dentro de los vestidos de época. Pero esta historia de comportamientos brutales en contra de los convencionalismos victorianos, le va como anillo al dedo a la directora. Los más puristas criticaron la decisión de escoger a un actor de raza negra para interpretar a Heathcliff pero ya en el libro se le describía como un «moreno de aspecto gitano». Además con esta elección, Andrea Arnold sigue dando en la diana del cine social sin resultar nunca panfletaria. Cumbres borrascosas es un clásico llevado muchas veces y muy mal al cine. Esta versión es imperfecta y está acortada, pero durante la primera parte de la infancia de Heathcliff y Cathy, parece que podamos tocar y oler la pantalla. Nunca estos personajes parecieron tan reales en una película. Sin embargo, para Andrea Arnold este es un proyecto fallido debido al mal momento personal que estaba pasando durante el rodaje.

American Honey (2016) es su último largometraje y con él consiguió por vez tercera el Premio del Jurado de Cannes. En esta ocasión, Andrea Arnold sale otra vez de los barrios obreros ingleses y construye durante casi 3 horas una road movie en la América profunda que desborda juventud y vida. No te queremos desvelar más porque la proyectamos el martes 13 de marzo a las 15.30h en el salón de actos. Una ocasión perfecta para caer rendido al encanto de una de las voces más personales del cine actual.

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